En la Basílica de Himaeus el Justicar, cuidando en sus últimos momentos al Obispo Eziah, un joven Ulix espera a la hermana D'Fey para venir y cantar para él la única canción que puede ayudar a aliviar su dolor. Él no sabe por qué los otros chicos de la residencia de estudiantes odian su presencia - ni tampoco le importaba. Cuando canta el Cantar de los Perdidos, todos sus temores se calman. A medida que su voz le arrulla a dormir, no puede saber que en su deseo de escapar de las penurias de su vida, él camina un camino hacia un futuro aún más oscuro.
martes, 19 de enero de 2016
RELATO CORTO A SONG FOR THE LOST
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